Cada segundo



El frío se vuelve humo
en las calles de mi ciudad, 
el viento de otoño arrastra las hojas 
y recuerdo esos días 
de cálido caribe que dejé atrás.  
Allí quedó anclado el recuerdo 
de tus ojos verdes 
que hacían poesía junto a la mía. 
En esa ciudad que no duerme 
custodiada por el Avila. 
Allí creímos tener el infinito en las manos. 
Dibujamos tantos sueños 
sobre papel mojado. 
Reímos y lloramos. 
Conocimos nuestras almas 
y lo implacable del tiempo. 
Recorrimos juntos mis calles 
y te hice parte de mis días. 
Fueron muchos los viajes,  
los holas y las despedidas. 
Nos perdonamos tantas cosas 
y lo oscuros que podíamos ser. 
Nos dijimos un hasta luego, 
y nunca más nos volvimos a ver. 
El destino nos mantuvo en contacto 
a través de los años y la distancia. 
Hoy ya son siete. 
Siete era el número mágico. 
Y sé que viniste a mi pensamiento 
para que recuerde lo bueno y no lo malo. 
Sea donde sea, que se encuentre tu alma, 
en el cielo o si ya has reencarnado. 
Sólo quiero que sepas 
que agradezco cada segundo dado.
27 de octubre
Carla Mariana Rodríguez Yústiz. 

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